Las tropas tailandesas entraron el miércoles por la mañana con vehículos armados y derribaron las barricadas de neumáticos y bambú para desalojar a los manifestantes antigubernamentales de su campamento central en Bangkok.
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El ejército lanzó gas lacrimógeno y utilizó rifles automáticos, mientras que 3 mil manifestantes, que han ocupado el campamento durante semanas, se resistían a abandonar.
Al mediodía, las tropas controlaban el parque Lumpini, en el centro de la ciudad.
Las autoridades han señalado que algunos líderes de los "camisas rojas" escaparon de la zona y que el gobierno garantizó en todo momento la seguridad de los manifestantes, que han aceptado ser transportados de vuelta a casa.